lunes, 2 de septiembre de 2013

¿El acordeonero, punto y aparte del vallenato?

La trilogía del vallenato indica que la columna vertebral de este género son tres instrumentos: acordeón, caja y guacharaca.  
La madrugada del jueves 29 de agosto, el acordeonero Rolando Ochoa, después de un largo tiempo, removió el baúl de las polémicas en donde el sonajero de especialistas, seguidores y artistas del vallenato se enfrentaron en una ‘batalla' de opiniones, tras la noticia que causó revuelo; la separación Dangond – Ochoa.   
La decisión de renunciar al cargo de compañero, del llamado cantante número uno del vallenato: Silvestre Dangond, quien se convirtió en los últimos diez años en una figura irreverente, controversial y discutida para la música vallenata. Para los analistas y compañeros del hijo de Calixto Ochoa, su actitud fue el ‘tatequieto' para los cantantes llenos de ego y mezquinos con el folclor.
En el año de 1960, un joven de 16 años se convirtió en ‘El Rebelde’ del acordeón, pero no precisamente al egoísmo y mucho menos por desanimes en contra del vallenato: Alfredo Gutiérrez Vital, se caracterizó por tocar, interpretar y componer melodías vallenatas que le daban ventaja ante a sus contrincantes; sin desconocer que aparecieron figuras como Calixto Ochoa, Alejandro Durán, César Castro, entre otros que asumieron el rol de acordeoneros líderes y dueños de conjuntos.
Con el pasar de los años, las nuevas figuras del instrumento comenzaron a deslumbrar, y con grandes compañeros como fórmula, llegaron al objetivo de consagrarse entre los fervientes fanáticos que admiraron la forma de tocar, vestir y hasta de hablar de algunos de ellos. Este suceso causó quizás que algunos cantantes decidieran tomar la vocería de la agrupación y relegar a su acompañante de la sociedad. 
Alfredo Gutiérrez, considera que afortunada o infortunadamente es lindo que hayan muchas escuelas de vallenato en Colombia, no solamente en Valledupar. Argumentó que no les han enseñado a cantar, componer, y ni siquiera a tocar vallenato, sino a tocar acordeón. “Ahora simplemente son acordeoneros, y ya; un músico más del grupo, en cambio que el viejo juglar: tocaba, cantaba, componía y era la figura porque era acordeonero”, aseguró el ganador en tres ocasiones del Festival Vallenato. 
Para ‘El Rebelde', hay digitadores como Emiliano Zuleta Díaz, Gonzalo ‘El Cocha' Molina e Israel Romero, que tuvieron la misma importancia que el cantante: “El muchacho nuevo se demerita él mismo, porque aprende a tocar acordeón y no vallenato”.
El brillo en tarima que reflejaron figuras como; Luis Enrique Martínez, Nicolás ‘Colacho' Mendoza, Miguel López, Raúl ‘Chiche' Martínez, Emiliano Zuleta Díaz, Israel Romero, Alberto ‘Beto' Villa, o los de la época 80 – 90: Juan Humberto Rois, Gonzalo Arturo ‘El Cocha' Molina, Omar Geles, Franco Argüelles e Iván Zuleta, el último de la dinastía Zuleta que llamó la atención porque con sus versos se robaba la atención y las miradas de los espectadores. 
“El acordeonero es el que manda, no es el cantante”, estas fueron las palabras del quinto Rey Vallenato, Miguel López, quien le dijo a este medio: “Yo fui quien le di auge a los acordeoneros, el vallenato se partió en dos cuando me gané el Festival Vallenato en 1972, nosotros (Los Hermanos López) le dijimos a la organización del festival que yo no podía cantar y que tenía la voz de Jorge Oñate; era una voz tremenda, y me dijeron que podía cantar cualquiera. De ahí comenzaron a surgir los cantantes”.
Al tema del por qué las nuevas figuras se han dejado relegar de sus cantantes, López fue certero al decir: “Los acordeoneros de ahora no tienen esa dinámica de autenticidad del vallenato, ellos tocan es lo que primero se les presente”. 
Mientras tanto, Pablo, quien compartió el liderazgo en Los Hermanos López como hermano de Miguel argumentó, que en los acordeoneros de hoy en día son raros los que tienen melodía, y que esa melodía la han perdido: “Un acordeonero que no tenga melodía es mejor que no toque”. 
“Ahora paran mucho, no se dedica a la melodía del disco; los acordeoneros le dan la introducción al disco y no vuelven más, todo se lo dejan al canto, y ellos fi, fi, fi; parecen policías de tránsito”, dijo el reconocido cajero, quien atacó diciendo: “Los músicos de hoy en día no tienen identidad, debieran dedicarse a tocar los discos ‘El 29 de abril' y ‘La Danza de los indios' que son puro pitos… (risas)”.
El tiempo en que las casas disqueras financiaban un trabajo discográfico se acabó, a similitud el compañerismo entre cantante y acordeonero; Diomedes Díaz considerado el artista de mayor influencia en el folclor vallenato nunca dejó de darle mérito a sus acordeoneros: Nafer Durán, Elberto López, ‘Juancho' Rois,  Nicolás ‘Colacho' Mendoza, Gonzalo Arturo ‘El Cocha' Molina, Iván Zuleta, Franco Argüelles, Juan Mario De la Espriella y Álvaro López.
“No son líderes, porque algunos son tímidos. ‘Colacho', Luis Enrique, Emiliano Zuleta, Alfredo Gutiérrez, Israel Romero y Cocha Molina, lo son porque tienen estilos propios. Son marca registrada”, señaló el Rey de Reyes, Gonzalo Arturo ‘El Cocha' Molina. 
En la actualidad, algunos cantantes de la nueva generación le apuntan a consolidarse como figuras solitarias, escudándose en que la industria internacional así lo pide y que las empresas, la tecnología, los promotores, y asesores lo ven de esa forma, olvidando a los creadores de la materia prima, los acompañantes que se encargan de materializar las ideas musicales con las que se intenta cautivar el público. 
Franco Argüelles, centro de atención en el género por no permitir que su nombre pase a un segundo plano, afirmó: “Yo recalco que el único género en el mundo, que no soporta, no tolera una sola figura en tarima, es el vallenato. El vallenato siempre ha sido un dúo; acordeón, que es el más representativo en el género nuestro, aparte de ello, el acordeonero que tiene los dones de componer, dirigir, versear y tocar, es el fundamentado que debe ser cabeza de grupo, igual a cualquier cantante”. 
‘El Coronel'  Argüelles dijo que aquel cantante que se llena de ego, de vanagloria, para él debería usar un karaoke, ir con tres bailarinas y buscar un acordeonero X para hacer cualquier presentación. “Sí él se siente tan individual y tan indispensable tiene que tomar esa determinación”.
Finalmente, Iván Zuleta se declaró eterno enemigo de los malos tratos: “El vallenato se ha identificado siempre por el acordeón, una canción sin unos buenos arreglos no le llega a la gente, y no solo es un complemento para el cantante, si no que el acordeón identifica tanto al vallenato, que sin sonar solo con verlo ya el público tiene claro que se trata de música vallenata, por lo tanto se debe recibir mejor trato por parte de los cantantes en todos los aspectos”. 
Los comentarios encontrados siempre se han visto en la historia del vallenato, pero en este siglo, las comunicaciones a través de los cibermedios dejan ver el inconformismo de  lectores, oyentes y gran cantidad de cibernautas que manifiesta su descontento, con la mencionada evolución de los cantantes en el vallenato. 
Con la disquera Fuentes, Alfredo Gutiérrez grabó en 1960 la canción titulada ‘El porro de Majagual', en un disco de 78 y 45 revoluciones que el respaldo era el tema ‘La ombligona', que cantaba Calixto Ochoa, y César Castro grabó ‘Se salió el toro' con la Cumbia sambranera e interpretadas con su acordeón. 
Puntos de vista  
Javier Fernández 
“Para llamar la atención en tarima no se necesita ser agresivo. Solo mostrar profesionalismo, talento e interpretación de buen vallenato. Diomedes, Rafael Orozco, ‘Poncho' Zuleta, Jorge Oñate, Iván Villazón no fueron agresivos, interpretaron bien el vallenato. Hoy se requiere, igual que antes, que sea profesional e interprete bien el vallenato; carisma, manejo, acierto musical, olfato, talento, empatía.
Celso Guerra 
“La gente nueva se sorprende con este tipo de separaciones, pero la verdad que esa etapa que vivió el vallenato después de los años 70 es una constante. Los grupos más importantes del momento: Zuleta, Oñate y Diomedes, sufrieron de ese fenómeno y lógicamente que esto ha trascendido, hasta el punto que algunos dicen que es por estrategia comercial, otros para tratar de aparecer en la historia”. 
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN 

carlos.jimenez@elpilon.com.co


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